Una
forma sencilla de sentir en un primer momento la respiración completa, y tomar
conciencia del movimiento que genera en nuestro cuerpo, es realizar la práctica
recostad@s boca arriba, o sentados con las piernas en loto, padmasana, o
sukasana (postura fácil), sintiendo el apoyo en tus isquiones (huesitos de
sentarse), o en una silla con la espalda apoyada en el respaldo.
Para
adentrarte en la respiración completa te recomiendo comenzar la práctica con el
siguiente ejercicio:
Centra
toda tu atención en el ritmo de tu respiración, sin interferir en ella,
simplemente sintiendo, conectando.
Tras
unos minutos, cuando sientes que tu atención, tu mente, están conectados con el
ritmo de tu respiración, coloca tus manos sobre la parte baja del abdomen, y
busca llevar aire hacia ellas, sintiendo como tus manos se elevan (no empujan!)
suavemente por el aire que entra en la inhalación, y siente como bajan al
exhalar, centrando tu conciencia en llevar el aire hasta allí, suave y
profundamente al inhalar y sacar todo el aire, de forma profunda al exhalar.
Cuando
sientas que has interiorizado el movimiento de la respiración abdominal, y el
ritmo es suave, pausado y profundo, coloca tus manos en las costillas, en la
zona intercostal y suavemente busca dirigir el aire en la inhalación hacia tus
manos, expandiendo tus costillas, abriendo suavemente y respetando tu ritmo; al
exhalar siente como tus costillas bajan
y con ellas tus manos.
Repite
la respiración intercostal, buscando percibir como se expanden suavemente tus
costillas, tus omoplatos, tu diafragma, y siente como se relajan y bajan
empujando el aire al exhalar. Conecta con el movimiento orgánico de tu cuerpo,
con el ritmo suave y profundo del aire que entra, del aire que sale.
Por
último coloca tus manos sobre tu esternón, justo debajo de tus clavículas,
inhala buscando expandir tus manos, elevando el esternón, exhala sintiendo como
bajan tus manos. Siente el aire acariciando tu garganta al entrar y al salir.
En
lo posible, si no estas embarazada, realiza la inhalación y exhalación por
nariz. Si no puedes, te agobia y es muy difícil para ti o estas embarazada,
inhala por nariz y exhala por boca. Lo importante en un primer momento es
sentir la respiración y con la práctica todo volverá a ser orgánico y natural,
no fuerces, solo deja fluir.
Tras unos minutos de esta práctica habiendo
sentido, y conectado con tu cuerpo respirando, podrás comenzar la respiración
completa:
Inhala
suave y profundo a la base de tu columna sintiendo como se eleva tu abdomen,
luego costillas , y por último clavículas (esternón). Exhala suave y profundo
vaciando primero clavículas, costillas, abdomen, sintiendo como se contrae
suavemente la musculatura sacando todo el aire, como empujándolo hacia abajo,
sintiendo el aire acariciando la parte de atrás de tu garganta. Repite la
respiración el tiempo que desees, buscando conectar con su ritmo, sintiendo
como crece y se expande tu columna, sintiendo como sueltas las tenciones al
exhalar.
La
práctica de la respiración completa te ayudara a serenar la mente, bajar el
nivel del ruido mental, conectar con tu cuerpo físico y emocional. Es una
herramienta maravillosa contra el estrés, la ansiedad, etc. Tu columna y tus
órganos se verán beneficiados, descomprimiendo tensiones.
Durante
el embarazo, la práctica de la respiración completa es una herramienta
indispensable, a nivel físico y
emocional.
Puedes
aprovechar para descansar tus ojos, cerrándolos y sintiendo, simplemente.
Tomate unos minutos en el trabajo, en casa o cuando lo necesites y RESPIRA…
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